viernes, 5 de mayo de 2006

El fútbol y papá

Y si con mi madre algunas conversaciones son del tipo que os he relatado ahí arriba (no son tantas, eh) con mi padre a veces me río y a veces casi me desespero. Y es que os voy a confesar algo: Mi padre habla con la tele... sobre todo cuando hay un partido de fútbol o aparece uno que yo me sé al que no traga.
Yo no sé si ella (la tele) le entiende pero muchas veces él hasta le alza la voz. Y todo porque los jugadores, normalmente del Madrid o del Málaga (o del equipo que ese día juegue contra el Barça), no dan todo lo que pueden. No corren, no juegan, no meten goles, no están "encima". Nada. Unos pringaos, vaya. Y del árbitro ni hablamos ¿no?...
Y ahora llega el Mundial de Alemania (por cierto, a ver si pasamos la primera fase y la aventura de la selección llega algo más lejos --aunque sea para amortizar el aparato de TDT y para ver a los de mi país ganar algo más que un partido....uy, he dicho país....España....tú verás, espero no ofender a nadie...--).

A lo que iba, mi papi, 90 minutos puteando a la tele. Creo que nunca le dijeron que a los que ve en la caja tonta no le escuchan. A mí reconozco que me costó entenderlo. Sí. Yo era de las que cuando era más pequeña se ponía delante de la tele y, sola, saludaba a la del telediario (anda que no pensaba yo que Ana Blanco era una antipática porque nunca me saludaba), le hacía muecas, le tocaba la cara y la verdad es que siempre me extrañaba que pasara de mí....hasta que un día algún lúcido me dijo que mis intentos eran en vano. Al principio supongo que fue un trauma. Pero ya estoy recuperada. Os lo prometo. Hoy ya no saludo a Ana Blanco. Que le den...

Al final, aunque no entienda lo que me quiere decir mi santa madre y aunque mi padre no se dé por vencido, nos entendemos. Y mucho que me alegro. ¿Os pasa algo similar?

Besitos

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