lunes, 15 de mayo de 2006

El periodismo

Cada día tengo más claro que me encanta esto del periodismo. Pero periodismo de a pie, de cubrir cosas, de sacar temas, de ver que otros lo sacan y mosquearte, de sacarlo tú y alegrarte, y seguir las noticias, de tener casi a la vuelta de la esquina unas elecciones que me encantaríííía cubrir. Y lo de Marbella, ¡lo qué hubiera dado por cubrir sobre todo lo de la gestora! La parte política, la de tribunales se la dejo a Virgi, que es una campeona. Es la mejor en sus temas judiciales y a veces "macabros", os lo aseguro, por trabajo, esfuerzo, resultados y ‘miedos’, aunque ella no quiera darse cuenta.


El único, o uno de los únicos ‘peros’ de esta profesión son los horarios tan tremendos que tiene, sobre todo los periódicos, y lo digo con conocimiento de causa. Por eso, cuando oigo hablar de la conciliación familiar se forma en mí una especie de combinación entre risa y cabreo. Nosotros, los periodistas, no sabremos qué es eso de conciliar la vida laboral y personal jamás. Ojalá me equivoque. Yo si fuera jefe haría turnos, con horarios más flexibles, que unos se beneficiaran unas semanas y otros otras. Se puede, otra cosa es que no se quiere. Cada día tengo más claro que es una profesión vocacional. Nadie a quien no le guste esto podría hacerlo, sería casi imposible.

Trabajar está guay. Quizá dentro de unos años no me lo parezca tanto y prefiera otras cosas, que es cierto que con la edad van apeteciendo más. Me preocupa que se esté demonizando a esta profesión. Ser periodista no es a ver quién hace más daño a quién. Se está politizando mucho. Y ser imparcial cuando escribes (trabajas) en un medio es una auténtica gozada. A mí me enseñaron que el periodismo es un servicio público y así lo considero, aunque soy plenamente consciente de la parte de utopía que conlleva esa afirmación tal y como está el patio.


Antes decías “soy periodista” y la respuesta era: “qué bonito, es una profesión muy bonita”. Ahora lo dices y casi eres un pestoso, el “uuuuh, cuidado” está en cada respuesta. El problema, uno de ellos, es el que todos sabemos y que no parece que se vaya a atajar. Pero no sólo del corazón hablo. El intrusismo es una lacra. Nos hace falta un Estatuto del Periodista para poner un poco de orden y sobre todo un colegio profesional que nos ayude. Estamos ‘vendidos’.

El caso es que estoy orgullosa de ser periodista. De tener unos amigos a los que les gusta esta profesión como a mí y con los que aprendo de esto y de otras cosas. En la carrera nos dan las bases pero personalmente, el 90% lo he aprendido en la calle, con los compañeros y con el día a día. Ese mismo que espero con impaciencia.

Pd.- No sigo que me enrollo.Pronto os escribiré de periodismo de nuevo....

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy periodista, pero me sigo cagando en el periodismo... Si me ofrecen un sueldo digno y un horario normal... digamos como funcionaria de la Junta... juraré que no sé lo que significa la palabra periódico.

Anónimo dijo...

Bueno cari, a ver...estoy conforme con la mayor parte de las cosas. Es cierto que en la mayoría de las ocasiones en las que he conocido a alguien en la calle, por poco sale corriendo al decirle que soy periodista, pero de eso tiene la culpa la TV y la prensa mal llamada rosa, porque la que ahora se hace es amarilla, eso no nos está ayudando nada, parece que los periodistas nos basamos en supuestos para hacer la información.

Por otra parte, debo decir que no soporto a esos periodistas que van de "pasaos", de "listos" y de "entendidos", y os aseguro que los hay, ESOS también hacen que se desvirtúe la profesión. Hay que ser más normales, hombre, como mi Ro, mi Rubia, que es más buena que ná.

Por último, he de admitir que a mí lo de los horarios no me importa y que no tener vida no me importa tampoco, jajaja, porque yo siempre he vivido de noche, jajaja. Entiendo que sea un problema para aquellos que quieren formar una familia y esas cosas, pero no es esa mi filosofía, más me duele la mierd... que pagan. Pero una cosa sí es cierta ¡ARRIBA EL PERIODISMO DE CALLE, EL TURISMO Y LOS REPORTAJES!!!Pena que ya no me dedique a eso, sino al periodismo de empresa de comunicación.

Mil besos para todos los de la profesión.

Garbiñe

Anónimo dijo...

Rubi, aquí estoy, no te digo quién soy, pero imagínatelo, la "mala" amiga que todavía no había entrado en tu blog. Pero ya me los he leído todos, y ¿qué te voy a decir?, qué bien escribes, puñetera. Me ha encantado el de la Ley de Murphy. ¡Qué hombre tan listo, ja, ja! Pero me da igual, si se me cae la tostada, me hago otra, y si no tengo pan de molde, pues un molletito antequerano, o si la desgracia se ceba conmigo, lo que tú dices, la manzana, que es muy sana (rima y todo).
Por cierto, yo quiero estar también en el club de los hipotecados. ¿No hay una casita por ahí que quiera una dueña? Además, ya sabes que yo también soy del Nestea o del agua, salgo baratita. Aunque lo miraré positivamente, y si tuviese una hipoteca, no podría soñar con Florencia. Ay, Rubi, qué bonita Italia, el italiano, el verano, las hipotecas, el fútbol, el baloncesto (¡¡¡¡¡¡sobre todo si juega mi Uni!!!!!!), hasta las palomas de la plaza de la Merced son bonitas. Ja, ja, pero a mi paso que se aparten, por favor.
Que te sigo leyendo y genial, ¡eh! Besitos

Anónimo dijo...

Y mira... aquí estoy en tu blog para terminar de construir esta montaña periodística de la que la vida me va separando y todos vosotros vais edificando. Porque sin duda alguna se trata de una gran ciudad con sus coches (algunos Mercedes Benz que te apabullan desde lo más alto;O el típico compañero con el Hyundai que cada vez ves más cerca desde el retrovisor), sus ciudadanos llenos de problemas que solucionar y sobre todo, sus alcandes; esos dirigentes poco vocacionales a los que el brillo del dorado les hace ignorar el sentir humano.
Y quizás, lo más importante para mi, el tiempo. Ese tiempo que yo, puede que erróneamente, he decidido no poner en venta, si quiera por una vocación.

Desde la esquinita de mi frustación enhorabuena a todos los que lo estais consiguiendo dia a dia. Enhorabuena Ro, estupenda periodista.


Besitos. Diana.